De la señal de la llegada del hombre a la Luna a las primeras imágenes de Marte: el Complejo de Comunicaciones con el Espacio Profundo de la NASA en Robledo de Chavela, a 70 kilómetros de Madrid, cumple 60 años como una infraestructura de comunicación vital para recibir las señales y datos de todas las naves que hacen ciencia en el espacio.
Este lunes, autoridades españolas y estadounidenses y algunos de los científicos que dirigen la NASA se han reunido en la instalación madrileña, coronada por una majestuosa antena, para celebrar seis décadas de colaboración y brindar por las que vienen, aseguradas tras la renovación de los acuerdos de cooperación el pasado 10 de junio.
«El Complejo de Comunicaciones con el Espacio Profundo de Robledo está comprometido en la aventura de llegar más lejos, más rápido y más capaz en ayuda de las misiones en el espacio profundo», ha dicho su director, Moisés Fernández, durante el acto celebrado este mediodía en el centro, donde trabajan en estos momentos 82 profesionales.
Poco antes de que comenzara el evento, la administradora adjunta de la Dirección de Misiones Científicas de NASA, Nicola FOX, ha resumido la misión del complejo de Robledo en una entrevista con EFE.
«Tenemos telescopios capaces de recoger los datos más increíbles, pero si no traemos esos datos de vuelta no servirá de nada, y eso es posible gracias a este centro y a la extraordinaria colaboración de España con la NASA«, comentó.
Aquí Houston, Madrid recibe la señal
El Complejo de Comunicaciones con el Espacio Profundo de la NASA (MDSCC, por sus siglas en inglés) tuvo su origen en 1964 cuando España, el Gobierno de Estados Unidos, el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y la NASA firmaron un acuerdo para que Madrid albergase uno los tres centros que integran la Red de control del Espacio Profundo.
Los otros están en Canberra (Australia) y Goldstone (California); y entre los tres, separados entre ellos por 120 grados de longitud, permiten que los vehículos espaciales puedan mantener contacto en todo momento con alguna estación de la NASA, independientemente del movimiento diario de rotación de la Tierra.
Los tres complejos componen el mayor y más sensible sistema de telecomunicaciones para aplicaciones científicas espaciales existente en el mundo.
El complejo se empezó a construir en agosto del 64, aunque no fue hasta un año después cuando comenzó a operar su primera antena, de 26 metros cuadrados.
La antena se completó en tiempo récord, ya que era fundamental que estuviese operativa para recibir los datos de la misión Marimer IV, que tuvo como objetivo capturar la primera imagen de otro planeta: Marte.
Uno de los grandes hitos de estos 60 años de colaboración de España con la NASA se produjo el 20 de julio de 1969, cuando la Instalación de Fresnedillas para Vuelos Tripulados Espaciales, a 50 kilómetros de Madrid, fue la primera en captar la señal del Apolo 11.
Para la Historia quedo esa mítica comunicación en la que fue vital la instalación española: «Aquí Houston, Madrid acaba de recoger la primera señal del Apolo 11 tras salir de la cara oculta de la Luna».
Liderando la ciencia del futuro
En el Complejo Especial de Robledo se lleva a cabo el seguimiento y control, entre otros, de misiones especiales como Cassini-Huygens, para el estudio de Júpiter y Saturno, Rosetta, New Horizons o del telescopio James Webb.
La instalación, que hoy es esencial también para la Agencia Espacial Europea, desempeñará un papel fundamental para misiones como Artemis, que permitirá volver a la Luna; Dragonfly, que explorará Titan, la luna de Saturno; o Europa Clipper, que estudiará en detalle la luna de Júpiter, Europa.
El pasado 10 de junio, los Gobiernos de España y Estados Unidos firmaron la renovación del Acuerdo de Cooperación Científica para los próximos 15 años, que permitirá a la NASA seguir sirviéndose del complejo de Robledo.
«La relación entre la NASA y el INTA ha sido clave para consolidar el liderazgo de España y sus científicos en el ámbito aeroespacial. El acuerdo que acabamos de renovar seguirá siendo el pilar de la cooperación científica y tecnológica entre nuestro país y Estados Unidos», ha subrayado la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce.
«El mundo ha cambiado mucho estos 60 años pero nuestra colaboración se ha mantenido intacta para seguir abriendo el espacio a más gente, a más ciencia y a más oportunidades. Robledo seguirá siendo una infraestructura vital», ha incidido, Rian Harris encargada de negocio de la embajada estadounidense en España.