El trabajo infantil sigue vigente en el mundo a pesar de los esfuerzos que realizan gobiernos y entidades particulares para acabar con esta forma de abuso contra esta población vulnerable. La República Dominicana no es la excepción a esta realidad y también registra casos de menores que trabajan, muchos de ellos se dedican a las ventas informales en las calles.
La Organización Internacional de Trabajo (OTI) define al trabajo infantil como «el que priva a los niños y niñas de su niñez, su potencial y su dignidad y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico”.
“Esta categoría incluye a toda persona menor de edad ocupada en actividades económicas, tanto en el sector formal como el informal, realizadas a cambio de ingresos o de algún otro tipo de remuneración (en efectivo o en especie) y sin importar si estos trabajos son realizados dentro o fuera del entorno familiar”, refiere el informe “Trabajo infantil en República Dominicana: análisis de los resultados de la ENHOGAR-MISC 2014 y 2019 a partir de la nueva tecnología” de fecha mayo-junio 2022 y publicada por la Oficina Nacional de Estadística (ONE) en el 2023.
El peligro
Ya de por sí que un menor de edad realice algún tipo de trabajo conlleva un riesgo, pero existen algunas labores que implican un mayor peligro para su integridad física y hasta emocional.
Muchas veces el tipo de trabajo infantil realizado lo que hace es que migra de forma. Lo que en el pasado eran niños limpiabotas en la República Dominicana luego fueron limpiavidrios. Hoy son vendedores de flores y otras chucherías, pero de unos años para acá, los pequeños se han dedicado a vender paletas en las calles.
- En muchas esquinas de las principales vías del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo, hay niños, niñas y adolescentes ofertando a los transeúntes paletas rojas en forma de corazón. Luego de la pandemia es el producto que más venden los pequeños en las calles y en los alrededores de algunas plazas comerciales. Incluso, se han registrado casos en el transporte público como el Metro de Santo Domingo.
Cada día es común observar en algunas intersecciones a pequeños, con edades que oscilan entre los siete y 14 años y, en su mayoría, de sexo masculino, ofertar sus paletas a conductores de vehículos o a personas que caminan por las vías. A veces están solos, otras en grupo de dos o tres. Uno de ellos, consultado por Diario Libre, refirió que «trabajan» en territorios respetando el ajeno. Su día a día transcurre bajo el candente sol y la inclemencia de las lluvias. No hay días libres ni vacaciones, solo trabajo.
Dinero y comida por lástima
Algunas personas les compran las paletas. Otras les entregan algo de dinero o comida y les dejan el producto consigo. Otras siguen indiferentes su camino y hay quienes ni se percatan de su presencia. Es como si el trabajo que realizan estos menores, pese a estar prohibido por ley, la sociedad lo hubiese normalizado, mientras que son escasas las acciones de las autoridades competentes para contrarrestar la situación.
- La mayoría de estos niños están famélicos, visten ropas rotas y sucias. Llevan chancletas o zapatos en mal estado, están desaseados y algunos presentan caries dentales. Su mirada es triste y tímida en su mayoría. Sus rostros y cuerpos reflejan la situación vulnerable en que viven o sobreviven. También rehuyen hablar con extraños y «la prensa».
“Trabajo para ayudar a mi mamá”
Algunos de ellos expresaron que trabajan para “ayudar a su mamá que está enferma”, “para comprar comida” o “para pagar la casa”. Ninguno de los que el equipo de Diario Libre conversó dijo estudiar. Sus jornadas de trabajo son largas y en malas condiciones. Lo hacen sin acceso a comida, descanso, bajo el sol intenso o la lluvia, sin baños para hacer necesidades fisiológicas y muchas veces trabajando hasta las 11:00 p.m. y 12:00 a.m.
La mayoría dijo que las ventas les dejaban entre 400 y 500 pesos por día, y que laboraban diario, excepto los domingos. El precio de las paletas va de los cinco pesos, dos por quince pesos y dos por veinticinco pesos. Muchos se auxilian de un letrero en el cual piden que le compren el producto, debido a que es para «recaudar dinero para una enfermedad», ayudar a su familia u otra cosa.
Algunos son enviados por sus padres a las vías a trabajar y se han dado casos de pequeños que ha sido víctimas de adultos que los utilizan para obtener recursos económicos. En estas ocasiones, suelen llevarlos de día a una calle determinada y los recogen de noche.
Dijo a los pasajeros que la pequeña estaba enferma y que por eso vendían el producto. La señora dijo que la pequeña se notaba muy delgada y en condición de pobreza.
También, tenía una actitud tímida y como avergonzada mientras ofertaba las paletas. Muchos le compraron y no dijeron nada. La comercialización de productos está prohibida en el ese sistema de transporte.
La misma señora relató que en otra ocasión dos pequeños entraron al Metro a ofertar las paletas.
Cuando se pone a un menor de edad a trabajar se le están violentando sus derechos fundamentales establecidos en la Convención Internacional de los Derechos del Niño fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), el 20 de noviembre de 1989.
Lugares claves
En muchos lugares se ven estos niños vendiendo las paletitas, pero hay puntos específicos que son fijos para realizar la actividad. Están la avenida John F. Kennedy con Abraham Lincoln o la Kennedy con Máximo Gómez. En la 27 de Febrero es frecuente encontrarse a estos pequeños en las esquinas Abraham Lincoln, Winston Churchill y Máximo Gómez. También están en varias estaciones del Metro de Santo Domingo, como la María Montez, en el kilómetro 9 de la autopista Duarte, y la Mamá Tingó, de la Hermanas Mirabal con Charles de Gaulle, en Villa Mella. Igualmente en los alrededores de Megacentro, en Santo Domingo Este, entre otros puntos.
Expuestos a peligros
Una de las situaciones que atraviesan estos niños que se ven obligados a trabajar son los malos tratos y humillaciones de que son objetos en el entorno en que “se buscan unos pesos».
El simple hecho de estar trabajando en las calles es un riesgo para los pequeños, puesto que se exponen a ser arrollados por un vehículo. Otro peligro que enfrentan es que están todo el día a la intemperie, con un candente sol o bajo lluvia. También están expuestos a enfermarse por virus que circulan, estar en contacto con aguas contaminadas en los contenes, alimentos que ingieren que les regalan y pueden estar contaminados de alguna enfermedad contagiosa como hepatitis y tuberculosis.
Riesgos que enfrentan
- Ser atropellados por un vehículo
- Violación y/o abuso sexual
- Ser reclutados para una pandilla
- Largas jornadas de trabajo sin descanso
- No tener acceso a alimentación
- Falta de acceso a baños para realizar sus necesidades fisiológicas
- Alimentarse con sobras y/o comidas en estado de descomposición
- Violencia física de parte de otros niños o personas mayores
- Humillaciones y maltratos verbales y psicológicos
- Ser prostituidos
- Abusos de las autoridades
- Trata de personas
- Deserción escolar
Consecuencias emocionales
Aunque cada persona es diferente, en la niñez se está en un estado de vulnerabilidad que se ve aumentado si ese niño, niña o adolescente se ve forzado a trabajar. Estos pequeños tienden a presentar estados anímicos ansiosos, irritable y violento o, por el contrario, se aislan, de acuerdo a la psicóloga forense y presidenta del Colegio Dominicano de Psicólogos (Codopsi), Yanis Mejía.
«Son niños que, en muchas ocasiones, las personas lo utilizan para lucrarse y, por supuesto, a nivel psicológico y emocional esto trae graves daños a estos niños», acotó.
El trabajo infantil y la RD
Estos pequeños que “trabajan” en estas vías, cuya cantidad total se desconoce, forman parte de las estadísticas del trabajo infantil en la República Dominicana, que, si bien se ha reducido en los últimos años, continúa siendo una realidad y un desafío para el Gobierno, que debe aplicar políticas públicas como establecen los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030, compromisos a los cuales la República Dominicana se adhirió.
En su punto 8.7, los ODS establecidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) plantean como meta: “Adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas contemporáneas de esclavitud y la trata de personas y asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados, y, de aquí a 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas”.
Qué dicen la Constitución y las leyes dominicanas
La Constitución del país es clara en lo relativo a la protección de los menores de edad y en su artículo 56 establece: La familia, la sociedad y el Estado harán primar el interés superior del niño, niña y adolescente; tendrán la obligación de asistirles y protegerles para garantizar su desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno de sus derechos fundamentales, conforme a esta Constitución y las leyes.
Cuando un pequeño es sometido o inducido a trabajar, obviamente, se le está violentando este derecho.
El Código de Trabajo dominicano también prohíbe el trabajo infantil hasta los 14 años (artículo 245). Permite que personas con edades entre 14 y 16 años puedan laborar con el permiso de sus padres o tutores (artículo 246), pero también regula las condiciones laborales, como el horario en los menores de 18 años y prohíbe el trabajo nocturno o en actividades peligrosas para estos grupos etarios.
- ENHOGAR-MICS señala que el porcentaje de niños, niñas y adolescentes en República Dominicana en situación de trabajo infantil alcanza un 3.8 %, “lo que indica una reducción con respecto a ENHOGAR-CICS 2014 que lo situó en un 6.7 %».
2.-Refiere que la proporción de niños en situación de trabajo infantil es mayor que de las niñas. Al primer grupo le atribuye un 4.6 % y al segundo un 3.0 %.
3.-El mismo estudio evidenció que la mayor cantidad de menores en hace trabajo infantil tiene un rango de edad de 5 a 11 años, con un porcentaje de 5.4 %.
4.-ENHOGAR-CICS muestran que el porcentaje de los niños, niñas y adolescentes que trabajan y no acuden a las escuelas fue de 5.1 en 2019 y de 4.7 en la encuesta anterior en 2014.
5.-Sobre la relación de la pobreza y el trabajo infantil señala que los menores que trabajan se encuentran en el quintil más pobre con un 5.4 % en el 2019 y 10.2 % en el 2014.
6.-El trabajo infantil es mayor en la zona rural (4.9 %) que en la urbana (3.4 %)
7.-Como recomendación final, ENHOGAR indica que “si bien los datos evidencian una reducción del trabajo infantil en el país, es necesario tomar en consideración el impacto que la crisis multisectorial ocasionada por la pandemia del COVID-19 puede tener sobre esta problemática”.
El Covid-19 aumentó la cifra
La publicación refiere que estimaciones y tendencias del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicadas en el año 2021 indican que a nivel global 160 millones de niños, niñas y adolescentes se encontraban en situación de trabajo infantil para comienzos de 2020.
Señala, además, que los efectos de la pandemia y la crisis sanitaria por el COVID-19, asociadas a la crisis socioeconómica, “apuntan a aumentar estas cifras y con ello a agudizar esta situación”.
¿Qué hace Conani?
El Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani) es el órgano rector del Sistema Nacional de Protección de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia. Dice en su portal que su misión es “garantizar los derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescentes en la República Dominicana, mediante la efectiva rectoría de las políticas en materia de niñez y adolescencia”.
Al ser contactada por Diario Libre, la entidad dijo que tiene programas para apoyar a estos menores y que realiza jornadas. «A la fecha, hemos llevado a cabo 323 jornadas de protección, logrando abordar a 803 niños, niñas y adolescentes», dijo Samir Saba, encargado de Comunicaciones de Conani.
Citó entre las iniciativas al «Programa de Intervención de Niños, Niñas y Adolescentes en Situación de Calle y/o Movilidad y Peores Formas de Trabajo Infantil» implementado en el Distrito Nacional, Santo Domingo Este y Boca Chica.
«Por medio de este programa, intervenimos en el rescate inmediato y desarrollamos procesos de acompañamiento que incluyen capacitaciones, inserción escolar, registro de nacimiento, promoción de la crianza positiva y la entrega de alimentos, entre otras necesidades que se detectan directamente en el abordaje de cada caso», agregó.